sábado, 18 de mayo de 2013

Ciudades, sequías y el abasto urbano: retos ante el cambio climático y alternativas emergentes


Investigaciones científicas ha documentado que uno de los efectos asociados al cambio climático son las sequías extremas en algunas regiones del mundo. En México, destacan los estados de Baja California Sur, Baja California, Chihuahua, Coahuila, Sonora, Sinaloa, Tamaulipas e Hidalgo, entidades que en algunos casos han tenido sequías históricas desde que se tiene registro. El caso más crítico ha sido el norte de Nuevo León y Coahuila, que forman parte de una extensa zona de sequía excepcional que cubre toda la parte central de Estados Unidos hasta el norte de los estados de Nuevo León y Coahuila.

Estas sequías han movilizado una cantidad muy importante de recursos económicos, técnicos y humanos para mitigar su impacto. Apenas desde principios del 2012, el Fondo Nacional de Desastres (FONDEN) modificó sus Reglas de Operación para poder emitir Declaratorias de Desastre por sequías y se tuvo previsto en su momento un presupuesto de más de 23 mil millones de pesos para paliar sus efectos y apoyar a agricultores por la pérdida de su cosecha y muerte del ganado. De la misma forma, SAGARPA ha tenido que desembolsar sumas millonarias para pagar las primas de seguros catastróficos como consecuencia de las pérdidas de cultivos. Si a este escenario le sumamos la competencia que está generando la producción de biocombustibles a la producción alimentaria, no debe sorprendernos el incremento en los precios de los alimentos, tanto en mercados urbanos como no urbanos.
 
Fuente: SEDESOL (2012) Guía Municipal de Acciones frente al Cambio Climático. Con énfasis en Desarrollo Urbano y Ordenamiento Territorial. México.
Ante este escenario, vale la pena reflexionar sobre formas emergentes de producción alimentaria frente a las sequías históricas que se están presentando en varias partes del mundo a consecuencia, previsiblemente, del cambio climático. Huertos urbanos, agricultura urbana, acuaponia y la naturación de azoteas, están integrando una forma de reverdecer las ciudades y producir alimentos de manera más sustentable, pero poco se ha dicho sobre las ventajas que ofrecen ante las sequías, heladas e inundaciones que estropean millones de hectáreas de cultivos, y ese es precisamente el propósito de esta nota.

Naturación urbana

En México, la naturación de azoteas es relativamente reciente y consiste en adecuar técnicamente azoteas, muros o áreas inclinadas para que puedan acoger una superficie de tierra en la que sea posible el crecimiento de vegetación y contrarrestar la pérdida o escasez de áreas verdes en zonas urbanas, mitigar las islas de calor, mejorar la calidad del aire, incrementar la humedad relativa de las zonas urbanas y regular la temperatura media de la ciudad.

La naturación de azoteas inició ya desde hacer varios años y no fue sino hasta 2008  en el Distrito Federal con Marceo Ebrard, quien emitió la Norma NADF-013-RNAT. Ese año existían alrededor de 2000 m2 de azoteas verdes; con la promulgación de la Norma, se incrementaron a alrededor de 17 mil 500 m2 en 2012.
 
Foto: Camilo de la Garza Guevara
La mayor parte de la superficie ha sido aportada por el Gobierno del Distrito Federal (12 mil 500 m2) en edificios públicos, unidades habitacionales, hospitales, algunas instalaciones del Metro y algunos jardines verticales en el Centro Histórico. Resaltan las azoteas verdes del Infonavit y del Edificio HSBC en Reforma que es posible visitar. Sin embargo, el potencial parece extraordinario si consideramos que Alemania, el país con la mayor superficie de azoteas verdes  en el mundo, ha logrado la naturación de 10 mil hectáreas. Su propósito no es precisamente de producción alimentaria, sino más bien el enriquecimiento de la experiencia estética y contribuir a la sustentabilidad de las edificaciones y del entorno urbano.

Agricultura urbana y huertos urbanos

http://www.fao.org/ag/esp/revista/9901sp2.htm
La agricultura urbana, en contraste, se ha practicado desde siempre básicamente en las periferias urbanas. La diferencia, a la luz de las implicaciones del cambio climático para la producción agrícola convencional, es que disponen más fácilmente de agua del sistema municipal de agua y saneamiento, con lo que no necesariamente se confronta a las sequías que hacen estragos en los cultivos, en particular en los de temporal. A diferencia también de las miles de hectáreas que demandan una producción alimentaria convencional, la agricultura urbana se realiza en espacios relativamente pequeños como parques, lotes en desuso, patios y pequeños solares adaptados para este propósito. Es común que no sólo se practique la agricultura, sino también la cría de aves de corral para consumo, producción de huevo y algunas cabezas de ganado para producir leche.


La FAO estima que la agricultura urbana ya le da de comer a aproximadamente 700 millones de personas que viven en áreas urbanas y la considera como una opción real para contribuir con la seguridad alimentaria de ciudades y países. Además, tiene la ventaja de estar cerca de los mercados de consumo, es decir, las ciudades.  Al estar integrados a ellas, los productores de alimentos, además de poder resolver un problema de alimentación, pueden comercializar más fácilmente sus productos en mercados, centrales de abasto, restaurantes, etc.

Acuaponia

La acuaponia es una técnica de producción alimentaría que combina las ventajas de la hidroponia (decenas de veces más productiva que la agricultura convencional con un consumo mucho más eficiente de agua y sin necesidad de suelo), con la acuacultura (cultivo de peces). Los desechos orgánicos de los peces que se crían en granjas acuícolas, son ricos en fósforo, nitrógeno, bacterias y otras sustancias necesarias para un buen desarrollo de plantas. Estas absorben los nutrientes producidos por los desechos de los peces, con lo que se alimentan y simultáneamente purifican el agua que regresa limpia al estanque donde son criados los peces. Se trata de una suerte de simbiosis inducida por la intervención humana, entre plantas y peces, que le permiten al propietario de una granja acuaponica, producir y comercializar pescado y hortalizas, ya sea para su consumo o para comercializarlos en los mercados urbanos.
http://p-rosso.blogspot.mx/p/proyecto-acuaponia.html


La acuaponia,  a semejanza de las otras formas de producción alimentaria urbana, tiene la ventaja de producir alimento en superficies relativamente pequeñas, aunque sí demandan cierta inversión en capital y equipo.


Recapitulando, podríamos decir que ante las sequías que han golpeado la producción alimentaria y han empujado al alza los precios de los alimentos, y habida cuenta del incremento en la intensidad de las sequías en las próximas décadas de acuerdo con la ciencia del cambio climático, la naturación urbana y la producción de alimento a través de técnicas como la agricultura urbana o la acuaponia,  pueden ser modalidades emergentes para contribuir a la sustentabilidad de las ciudades y edificaciones y a alimentar al creciente mercado urbano de consumidores.

Si consideramos que hoy en día, 3 mil 500 millones de habitantes en el mundo (50% de la población mundial) viven en ciudades y que la ONU estima que para 2050 serán 6 mil 300 millones (un incremento del 75%), el reto de alimentar a una población urbana de estas dimensiones es formidable y amerita una reflexión más profunda sobre las alternativas, ventajas, inconvenientes e implicaciones de la producción alimentaria urbana para los gobiernos de las ciudades y los países.

Juan Carlos Zentella Gómez
Local & Global Ideas
twitter: @jczentella

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